jueves, 14 de junio de 2007

¿Como se desarrolló el Golpe? Parte IV


Los grandes saurios, así como otros grandes mamíferos que habitaban aquel entonces lo que hoy son los continentes americanos, murieron fulminantemente aplastados por su propio peso a causa del violento movimiento de las capas tectónicas y de los fortísimos vientos que se originaron. Sólo los animales más pequeños fueron capaces de salvarse de la catástrofe. Algunos hombres también lo consiguieron. Estas mismas causas produjeron la muerte de los grandes saurios de todo el mundo. Unos pocos lograron sobrevivir pero en los siguientes milenios fueron aniquilados por el hombre por considerarlos una gran amenaza para sus vidas. Pese a todo, es posible que todavía quede algún ejemplar vivo en lugares remotos de la Tierra o -sobre todo- en los fondos marinos y en algunos lagos y lugares pantanosos. En aquellos sitios donde la acción violenta del Golpe fue menor, pudieron salvarse grandes mamíferos como los elefantes, las cebras, etc. De todos modos, la mortandad de todas las especies animales fue descomunal mientras se produjo el Golpe y prosiguió después por las consecuencias posteriores ocasionadas por él.
La Luna, en su colisión con la Tierra, produjo muchísimo calor. Allí donde friccionó calcinó la Tierra e hizo evaporarse en minutos lagos, ríos y mares enteros de agua. Las aguas de los océanos se vieron precipitadas hacia el cielo atraídas por la gravedad lunar. Gigantescas columnas de agua ascendían a la Luna como si esta fuese una gran pala de molino. Pero esa agua no era líquida, el calor era tan inmenso que lo que realmente subía al cielo eran columnas de vapor. La Luna, un cuerpo muerto, recibió grandes cantidades de este vital elemento que es el agua. Cientos de millones de metros cúbicos quedaron atrapados en la gravedad de nuestro mortal compañero de viaje estelar.
Luego, cuando la Luna se alejó lo suficiente de la Tierra y estableció su órbita programada alrededor de ella, esa agua se enfrió rápidamente congelándose en su superficie y en sus numerosísimas cavidades ya que la Luna es un inmenso queso de gruyere. Afirmamos, sin ningún temor a equivocarnos, que hay más agua en el interior de la Luna que en el exterior y que el origen de toda ella es terrestre.
Pero no toda el agua evaporada por las grandes temperaturas que alcanzó la Tierra fue a parar a la Luna, sino que se quedó en la atmósfera. El volumen de agua evaporada alcanzó tal magnitud que nuestro Globo terrestre se vio cubierto por espesísimas nubes, tan densas y tan oscuras que la Tierra se vio envuelta en tinieblas. Los pocos supervivientes a tanta catástrofe todavía debían de sufrir otra gran calamidad. Los que escucharon el ONUE (Consejo) dado por el Be (el enviado de Jaungoiko) se ocultaron en elevadas cavernas, bien aprovisionados de comida y de agua a la espera de que todo aquello pasase. Pero aquella tenebrosa oscuridad, aquel calor asfixiante y la niebla húmeda y saturada tan persistente hacían presagiar lo peor.
Días después de que el Golpe aconteció, la Tierra estaba en tinieblas mientras se sucedían temblores de tierra, cada vez menos intensos. La temperatura de la atmósfera empezó a bajar y poco a poco las inmensas nubes que cubrían todo el Globo terrestre empezaron a condensarse y a caer a la tierra en forma de lluvia. Y llovió por semanas enteras, con tanta violencia y persistencia que los valles volvieron a anegarse y las aguas subieron y subieron haciendo que los pocos seres supervivientes buscasen cobijo en las más altas montañas. Pocos lo conseguían. La mayoría perecían arrastrados por las impetuosas aguas que corrían violentamente por las rieras y los barrancos. No en todos los sitios llovió con igual intensidad y por igual número de días pero, cierto es, que llovió copiosamente en todos lados y como mínimo, durante semanas enteras. Este fue el Diluvio Universal tan nombrado por todas las religiones y leyendas de todos los pueblos del mundo.
Después, el Sol lució con fuerza. Los que habían tenido suerte de sobrevivir, dieron gracias a Dios por ello. Habían sido testigos del enorme Poder de su Justicia y ahora eran testigos también de su Misericordia. Pues aún daba otra oportunidad a la Humanidad para poder rectificar sus errores y confiar en Él y en su sabia directriz.

Y al llegar la noche, vieron en el Cielo una luz nueva, blanquecino-plateada, una luz muerta (IL-ARGI) que brillaba misteriosa y amenazante en el negro fondo del firmamento. Jaungoiko la había dejado allí como señal y recordatorio. Les dijo que les daba un plazo para enmendar sus errores. Si no eran capaces de volver al Buen Camino y aceptar sus directrices entonces el Golpe se repetiría, pero esta vez, con tal violencia que con seguridad nadie viviría para contarlo.

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