jueves, 14 de junio de 2007

¿Como se desarrolló el Golpe? Parte III


Los científicos no pueden explicar la presencia de agua congelada en la cara oculta de la Luna. No es una pequeña cantidad de agua, sino grandes cantidades, tal y como muestra la fotografía. Y lo que observamos en la misma es solamente una fracción. ¿Cómo apareció este agua en la Luna?. Los científicos no tienen ninguna explicación coherente al respecto. Nosotros sí. Además, tenemos una segunda pregunta y dirigida exclusivamente a dichos científicos: ¿Cómo es posible que después de centenares de misiones de exploración llevadas a cabo a la Luna desde la década de los 60 sea ahora, después de casi cuarenta años, que se descubre (?) que la Luna posee grandes cantidades de agua congelada en su cara oculta?. ¿Acaso antes no se tenían medios técnicos para localizar este básico y preciado elemento químico?. Sospechamos que tales científicos conocían, desde hace tiempo, la existencia de agua en nuestro satélite y añadimos que también conocen otras muchas cosas que nos ocultan para no dejar en evidencia su total desconocimiento de ese extraño astro que ilumina nuestras noches.
Pero, expliquemos ya como se desarrolló el Gran Cataclismo que sacudió a la Tierra en el año 10.099 antes de nuestra Era Cristiana, es decir hace 12.103 años a contar desde 2004.
El poder de Jaungoiko fue capaz de mover a la Luna del lugar donde se hallaba y dirigirla hacia nuestro Globo terrestre. Se acercó hasta él lo suficiente como para rozarlo. La Tierra sufrió su fricción y ello produjo el Golpe Divino asestado contra la humanidad.
La Luna, al irse acercando a nuestro campo gravitatorio, se tornó rojiza. La causa de ese color sería -tal vez- un fenómeno producido por la propia atmósfera terrestre. La Luna se acercó lo suficiente como para colisionar con la Tierra, una colisión de friccionamiento que se produjo al acercarse nuestro satélite a unos 1.000 kms. de distancia. Cosa que hizo pero, no en un ángulo de 90 grados, sino en otro bastante menos abierto -entre 45 y 50 grados quizás-. Ello produjo un choque de fricción, como el que se produciría entre dos bolas de billar cuando una de ellas es lanzada hacia la otra apuntando casi fuera de su punto central. Una bola de billar golpeada en uno de sus extremos se ve forzada a girar mientras se mueve a través del tablero. Eso es ni más ni menos lo que hizo la Tierra al ser golpeada por la Luna. Su velocidad de rotación se vio momentáneamente acelerada y su órbita alrededor del Sol alterada de tal forma que se desplazó varios millones de kilómetros más allá del astro Solar antes de poder estabilizar su movimiento rotatorio y de traslación. La Luna tras golpear lateralmente a la Tierra se alejó unos cientos de miles de kilómetros impulsada por su propia velocidad antes de verse frenada por la fuerza gravitacional de nuestro Globo terrestre. Así quedó unida a nosotros.
La repentina aceleración de la rotación de la Tierra al ser friccionada por la Luna debió de ser un fenómeno impresionante para la humanidad de entonces. Aquellos que en aquel momento estaban en la parte de la Tierra que era de noche vieron que las estrellas del Cielo se movían todas presurosas hacia una misma dirección, como si todas ellas parecieran caerse del cielo. Los que estaban en la parte iluminada por la luz del Sol vieron que un gran Globo luminoso se acercaba, luego una Gran Luz como un incendio pavoroso, inmenso. Una luz semejante a la que produce una gran bomba atómica.
Allí donde la Luna colisionó con la Tierra (ver foto), la destrucción fue apocalíptica. En esa zona en concreto la atmósfera se calentó en miles de grados centígrados calcinando todo cuanto encontró a su paso. Desde el desierto del Gobi, pasando por Irán, la península Arábiga, todo el Sahara hasta llegar al desierto del Oeste de Norteamérica se produjo un inmenso arañazo de destrucción a causa de la fricción de la Luna colisionando lateralmente con la Tierra. La destrucción en esta zona fue total. No sólo quedó todo calcinado a causa de las elevadísimas temperaturas que se produjeron en la colisión, sino que muchas zonas fueron literalmente aplanadas mientras que otras se arrugaron formando elevadas cadenas montañosas.
El resto del Globo terrestre sufría, mientras tanto, un descomunal terremoto. La humanidad entera, junto con todos los seres vivos que poblaban la Tierra, tuvieron que sentir una sensación en sus estómagos semejante a la que se produce cuando uno es lanzado al vacío. Las aguas de los mares se vieron sacudidas por tan terribles maremotos que las olas tuvieron que alcanzar fácilmente cientos de metros de altura. En tales condiciones, al llegar estas monstruosas olas a las costas de los valles, estos se vieron inundados hasta alturas superiores a los doscientos metros.
Minutos después del Golpe, fuertes terremotos proseguirían sacudiendo la superficie terrestre. La propia fricción de la Luna con la Tierra hizo que la gran masa continental, que en aquel entonces formaban nuestros continentes, se fracturase por su lugar más débil. Así, dos inmensas áreas de tierra se separaron de lo que hoy es África y Europa. Impulsadas por la propia fuerza de la colisión se separaron a gran velocidad abriéndose una grieta entre ambas. Una grieta que fue llenándose al mismo tiempo por las aguas de los océanos. Cientos de millones de metros cúbicos de agua anegaban con gran violencia aquella inmensa grieta. Los actuales continentes de América del Sur y del Norte se desplazaron miles de kilómetros de los continentes de África y Europa en cuestión de minutos. Más al Sur, una masa continental se desgajó de África siendo lo que hoy se conoce como la Antártida. Otra masa desgajada de ésta es lo que hoy se conoce como Australia.

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